El papa Francisco, ingresado desde el viernes en Roma por una bronquitis, presenta «un cuadro clínico complejo», anunció el lunes el Vaticano, dando a entender que la hospitalización del pontífice de 88 años se prolongará.
«Los resultados de las pruebas realizadas en los últimos días y el día de hoy, han demostrado una infección polimicrobica de las vías respiratorias que ha determinado un cambio adicional en la terapia», indicó un boletín sobre su salud.
Giovanni GREZZI, Sonia LOGRE / AFPTV / AFP
La audiencia semanal del miércoles del pontífice argentino, de 88 años, se canceló.
Antes de su hospitalización el viernes, Francisco, que en su juventud fue sometido a una extirpación parcial de un pulmón, se había mostrado débil, con el rostro hinchado y sin aliento, y tuvo que delegar en varias ocasiones la lectura de sus discursos a sus asistentes.
La salud del papa Francisco debilitada en las últimas semanas
«Las dos últimas semanas, la agenda estaba sobrecargada, estaba debilitado», explicó la fuente del entorno del pontífice jesuita.
El domingo, el papa siguió la misa por televisión, sin poder pronunciar su tradicional oración del Ángelus desde el balcón de la plaza San Pedro de Roma. El Vaticano comunicó por la tarde que su estado clínico era “estable”.
La hospitalización de Francisco, la cuarta en menos de cuatro años, relanzó las dudas sobre su frágil salud, especialmente dado que el 2025 es un año jubilar para la Iglesia católica, lo que implica una larga lista de eventos, muchos de ellos presididos por el papa.
A mediados de enero, Jorge Bergoglio apareció con el brazo en un cabestrillo tras una caída en su residencia. En diciembre, se le vio con un gran hematoma en la barbilla después de haberse golpeado contra su mesilla de noche.
A pesar de sus problemas de salud, entre ellos de cadera y dolores en la rodilla que le obligan a ir en silla de ruedas, el papa ha mantenido su cargada agenda y declaró que no tenía intención de bajar el ritmo.