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viernes, 22 noviembre, 2024

¡El Salto de Malacatiupán, un lugar que alberga belleza y misterios!

El Salto de Malacatiupan, en Atiquizaya, es uno de los destinos únicos que tiene El Salvador por sus aguas termales.

El Salto de Malacatiupan es la única cascada en El Salvador con aguas termales, lo que lo convierte en un atractivo. Sumado a su belleza escénica de un terreno natural, donde se une el río de Agua Caliente con el río San Antonio. Cuenta con tres cascadas, con una altura de 12 metros cada una.

La catarata está a 20 minutos del centro de Atiquizaya, en Ahuachapán, un pintoresco pueblo adornado con murales, incluyendo unos en 3D muy fotografiados por los turistas.

Sin embargo, este paraíso natural, los lugareños afirman escuchar, ver y sentir cosas paranormales. José Canizales, comerciante del lugar, expresó que algunas personas que se quedan acampar afirman sentir cosas fuera de este mundo terrenal.

Video/TCS. Reportaje elaborado por Alex Rivas.

Asimismo, los habitantes detallan que en medio de las cascadas se encuentra un tesoro escondido, donde todo inicio con una historia de amor.

Video/TCS

En Malacatiupán, que significa Templo redondo en la lengua Náhuatl, se cree que era un sitio donde los Pocomames hacían rituales. Una de las peculiaridades del Salto, es que la segunda y tercera cascada están divididas por una roca, cuya apariencia se asemeja al rostro de un mono.

Video/TCS

A pesar de la imponente belleza de las cascadas, el lugar es rocoso y los alrededores de cada poza son rocas que están a cierta altura, por lo que ha habido accidentes mortales.

Video/TCS

Otro misterio del Salto de Malacatiupán

El “Puente Viejo” es una estructura de tierra y ladrillos que data desde 1800. En esa época sirvió de punto de intercambio de productos entre Guatemala y El Salvador. Ahora es poco transitado por personas y uno de sus extremos ha sido dañado por las inclemencias del tiempo

En dicho lugar, las personas dicen que en este espejo de agua murió un príncipe llamado Amayo, algunos de los habitantes vieron su cuerpo flotando sobre el agua, pero al anochecer el cadáver desapareció. Desde ese día, por las noches, fue visto un cangrejo de oro y se cree que Amayo fue quien se convirtió en el cangrejo.

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