Los petrograbados son dibujos ejecutados por percusión en las piedras, con o sin uso de pigmentos. Por lo general, están ubicados en el lugar de origen donde fueron confeccionados. Algunos son de gran tamaño, mientras que otros fueron hechos en piedras más pequeñas y, por ende, transportables. Esto es conocido como arte rupestre.
En el municipio de San Jose Guayabal, Cuscatlán, se encuentra un sitio donde se pueden observar escritos en piedra. Para llegar al lugar, se deben recorrer alrededor de tres kilómetros, entre ríos y caminos empedrados, hasta llegar a la «cuevona».
En dicho lugar, los habitantes detallan que se pueden observar escritos en piedra que fueron hechos por un asentamiento indígena.
Video/TCS. Reportaje elaborado por Maziel Méndez.
A pocos metros, en el cantón Peña Labrada, en una roca grande, se encuentran también escritos similares a los de la cuevona. Según los arqueólogos, estos petrograbados son conocidos como arte rupestre y que fueron hechos antes de la conquista española.
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Los lugareños preservan este lugar, puesto que forma parte de la entidad cultural, por lo que se siente orgullosos y esperan que este sitio sea declarado como patrimonio cultural.
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Arte rupestre en el país
Según expertos enfatizan que en el país existen más de 100 representaciones similares y gran parte de ellas no cuentan con un registro.
En el «Cerro de las Figuras», es el nombre de un sitio arqueológico ubicado en el lago de Güija, jurisdicción de Metapán, departamento de Santa Ana; se encuentran más de 200 petrograbados.
Asimismo, en el cantón Guachipilín, municipio de Cacaopera, en el departamento de Morazán, se encuentra un lugar llamado «la piedra dibujeada», la cual forma parte del arte rupestre.
En el Cerro El Chumpe, Morarán, se registran huellas de actividad rupestre; sin embargo, en este sitio ha sufrido daños por parte de visitantes.
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