El actor estadounidense Eric Dane, reconocido mundialmente por su papel como el Dr. Mark Sloan en «Grey’s Anatomy» reveló recientemente que fue diagnosticado con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa progresiva. La confesión fue compartida a través de una exclusiva con una revista estadounidense, donde el intérprete de 52 años expresó que, aunque se enfrenta a un diagnóstico difícil, no piensa rendirse. “Esto no es el final, es simplemente otra etapa en mi vida”, declaró.
Dane agradeció especialmente el respaldo incondicional de su familia, en particular de su esposa, la actriz Rebecca Gayheart y sus dos hijas Billie y Georgia Geraldine. Juntos han decidido afrontar esta nueva realidad fortaleciendo sus lazos familiares. “Agradezco tener a mi familia amorosa a mi lado mientras navegamos este nuevo capítulo”, afirmó. Asimismo, expresó que desea que el público y los medios respeten su privacidad durante este proceso.
Trayectoria de Eric Dane
A pesar del diagnóstico, el actor aseguró que continuará con su carrera mientras su salud se lo permita. Con más de dos décadas en la industria del entretenimiento, Eric Dane inició su trayectoria en la televisión con papeles menores hasta alcanzar la fama con «Grey’s Anatomy». Tras su salida de la serie, protagonizó «The Last Ship» y actualmente da vida a Cal Jacobs en «Euphoria», un personaje cargado de contradicciones emocionales.
Además, también participó en películas como «Marley & Me» (2008), «Valentine’s Day» (2010) y «Burlesque» (2010), además de participaciones en series como «Charmed» donde interpretó a Jason Dean.
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¿Qué es la ELA y cómo afectará su salud?
La esclerosis lateral amiotrófica, también conocida como enfermedad de Lou Gehrig en honor al famoso beisbolista estadounidense que fue diagnosticado con esta afección en 1939, es un trastorno que ataca las neuronas motoras responsables del movimiento, el habla y la respiración. Con el tiempo, provoca una pérdida progresiva de la movilidad y de las funciones motoras. Aunque no tiene cura, existen tratamientos que pueden ralentizar su avance y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
Según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), la ELA suele diagnosticarse entre los 55 y 75 años, aunque también puede afectar a personas más jóvenes, como en el caso de Dane.