Como parte de nuestro Especial de Planetas del Sistema Solar, que comenzó con el de menos envergadura entre los astros que conforman este minúsculo sistema, en términos universales, Mercurio, hoy continuamos con el repaso de los hermanos al lado nuestro. Esta vez vamos con un planeta directamente vecino, Venus.
Venus tiene la fama de no ser el más amigable para la formación de la vida, y tal vez ese juicio no sea totalmente injusto, pues a decir verdad, las condiciones en el planeta más caliente del sistema solar no son propicias para germinar fauna y flora con aliento viviente similar a la de nuestro hogar, la Tierra.
Resulta curioso que a pesar de no ser el más cercano al Sol, sea el más caliente. Se estima que la temperatura en la superficie rocosa de Venus puede alcanzar niveles «insoportables«, según la NASA, de hasta ¡hasta 847℉ (453℃)!.
Es básicamente un horno. Si algún ser humano se acercara a su atmósfera densa de dióxido de carbono, no tardaría mucho tiempo en ser aplastado por la enorme presión atmosférica (entre 75 y 100 veces la de la Tierra), o perecer cocido por las altas temperaturas, tal cual un huevo en un sartén.
«Si Venus hubiera tenido océanos, habrían desaparecido hace mucho tiempo» dice la NASA.
Según la agencia espacial, su atmósfera densa llena de CO₂ provoca un efecto invernadero. Sus nubes son de ácido sulfúrico. Los gases atrapan el calor y mantienen la temperatura caliente del planeta. De hecho, hace tanto calor que metales como el plomo se transmutarían en charcos de metal líquido fundido.
Te podría interesar: Especial planetas del sistema solar: Mercurio, el chiquillo (I)
Es similar a la Tierra en tamaño, siendo esta un poco más masiva. Tiene montañas y volcanes. De hecho, hace poco, la sonda Magallanes de la NASA, lanzada en la década de los 90 para tomar fotografías del cuerpo celeste, reveló un gigante volcán activo en el planeta:
«Venus tiene la mayor cantidad de volcanes de todos los planetas del sistema solar, pero los científicos no estaban seguros de si alguno estuvo activo recientemente… ¡hasta ahora! Por primera vez, los científicos han observado evidencia de un volcán activo en Venus a través de la misión Magallanes de NASA«.
Venus también ostenta la fama de ser un poco rebelde. El astro gira en sentido contrario a la de la Tierra y la mayoría de planetas del Sistema Solar. Su rotación es muy lenta, pues tarda aproximadamente 243 días terrestres en hacer un giro sobre sí mismo.
Sin embargo, su proceso de traslación es todo lo contrario. Dado que se halla cerca del Sol, un año transcurre muy rápido. Solo le toma 225 días terrestres en dar una vuelta completa al Astro Rey.
«Esto significa que, en Venus, un día es un poco más largo que un año» agrega la NASA. Y no creas que el Sol sale y se pone cada día, como en la Tierra. Allí sucede cada 117 días terrestres, es decir, dos veces al año, pero dentro de un mismo día. Puesto que Venus gira hacia atrás, el Sol sale por el oeste y se oculta por el este.
Como se ha visto, el segundo de los discípulos del Sol dista mucho de parecerse a su hermano más próximo, la Tierra. Por si hiciera falta, también difiere de esta en otra rama, y es que la soledad es su bandera, ya que no dispone de ninguna Luna, al igual que Mercurio.
Algunas naves espaciales que han acudido de visita a Venus son Mariner 2, Mariner 5, Mariner 10, Pioneer Venus 1, Pioneer Venus 2 y el orbitador Magallanes.