En esta ocasión, para las cápsulas que presenta Fundación TCS en su programa social “Cosas Buenas”, dio a conocer la increíble historia de superación de una emprendedora ejemplar, María Isabel Novoa.
La vida de la salvadoreña tuvo un giro de 360 grados tras quedar viuda en el año de 1982. Puesto que, su esposo falleció en un accidente aéreo, dejándola a cargo de 10 hijos. Por lo que, Novoa se convirtió de inmediato en la cabeza, sustento y proveedora del hogar, teniendo que ingeniárselas para sacar adelante a sus pequeños.
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Novoa tuvo que salir adelante con 10 hijos
“Él era arquitecto (el padre de sus hijos) iba a ver una obra a Usulután, salió una mañana y ya nunca regresó. Entonces, yo de la noche a la mañana me quedé solita con 10 hijos”, manifestó María Isabel.
Luego de la irreparable pérdida del cónyuge de Novoa, ella se dispuso a continuar trabajando en la empresa constructora que tenía su esposo en ese entonces. No obstante, en esa época, tuvo que tomar las riendas del negocio del padre de sus hijos y se asoció con un arquitecto, quien le ayudó a relacionarse con todo el mundo de la construcción.
Pero, eso no fue todo; ya que, las ganas de seguir superándose, por ella y sus hijos, fueron más grandes que cualquier cosa, porque su voluntad y lucha la llevaron a seguir formándose profesionalmente como auditora. Por su parte, sus conocimientos los puso en práctica en la empresa durante los primeros 10 años tras el fallecimiento de su pareja.
Posteriormente, uno de sus grandes sueños era crear un centro comercial. Lo cual logró y poco a poco ha ido creciendo, hasta convertirse en un testimonio de que de las adversidades, surgieron nuevas oportunidades de desarrollo.
“Cualquier mujer lo puede lograr. Tenemos un compromiso muy grande con nuestros hijos, como con nosotros”, enfatizó Isabel Novoa.
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