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jueves, 21 noviembre, 2024

Hombre roba un banco para ir a prisión y alejarse de su esposa

Un hombre robó un banco con el fin de ir a la cárcel y no vivir con su esposa, pero termina condenado a un arresto domiciliar.

Amor, el sentimiento que hace a una persona realizar todo tipo de cosas por aquellos que ama. Pero ¿Qué ocurre cuando ese amor se torna en lo contrario? Este es el caso de John Ripple, un hombre que, ante el cansancio y las terribles interacciones con su esposa, decide asaltar un banco. Esto ya que prefirió vivir en prisión que seguir junto a ella.

El caso data del año 2016, cuando John Ripple, un hombre de 70 años originario de Kansas City, prefirió ser encarcelado antes de seguir viviendo con su esposa. La pareja atravesaba por un momento complicado en su vida y, a pesar de haber pasado varios años juntos, los roces entre ambos eran demasiados.

Es así como John, una mañana en la que discutía con su esposa, decidió que su vida sería mejor si pudiese dejar de convivir con ella. Desesperado, caminó por toda su casa pensando en qué hacer, cuando, de repente, tomó una hoja de papel y escribió: “Tengo una pistola, deme el dinero” y por detrás “Prefiero estar en la cárcel que en casa”.

Al mostrárselo a su esposa, esta no le creyó. Al momento que John salió de su hogar, ella no hizo más que esperar a que volviera. Horas más tarde, la mujer recibe una llamada de la policía informándole que su esposo había sido capturado. Esto, mientras intentaba robar un banco no muy lejano a una estación de policía de la ciudad.

John esperó pacientemente a que la policía llegara al lugar, incluso se entregó voluntariamente a ellos. Al ser arrestado por las autoridades, el hombre explicó cómo se encontraba realmente desesperado en su hogar y que esta había sido la única manera en la que se le ocurrió salir de ahí.

El hombre recibe un veredicto

Al realizar el juicio, su abogado declaró que John se encontraba en una profunda depresión que no había sido diagnosticada. Esto a causa de una reciente cirugía al corazón a la que se había sometido y calificó el robo como un “grito de auxilio”. Sin embargo, el hombre recibió una sanción de $227.27 y fue sentenciado a arresto domiciliar por 6 meses, obligándole a pasar junto a su esposa por mucho más tiempo.  

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