Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron, por medio de su cuenta oficial de X, que llevan a cabo “un alcance dirigido en Beirut”, capital de Líbano, que se considera un bastión del grupo islamista proiraní Hezbolá.
Ante ello, diferentes medios de comunciación internacionales, entre ellos BBC, señalaron “que la ofensiva dejó edificios y automóviles parcialmente destruidos en Dahieh, un suburbio densamente poblado en el sur de Beirut.”
Esta nueva ofensiva se lanzó luego de que Hezbolá disparó alrededor de 140 cohetes hacia el norte de Israel.
Mientras que, los reportes iniciales añaden que el ataque ha dejado alrededor de 8 personas muertas y otras 17 heridas, según el Ministerio de Salud de Líbano.
En sus últimas actualizaciones, Israel aseguró que eliminaron al comandante de la unidad de élite de Hezbolá.
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Presidente de Israel asegura que su país no quiere la guerra
Por su parte, el presidente de Israel, Isaac Herzog, aseguró en su cuenta de X que su nación no quiere la guerra.
“Repito una y otra vez: no queríamos esta guerra. No queremos la guerra, ni hoy, ni nunca. Pero tenemos derecho a los derechos más básicos de cualquier nación: vivir como cualquier otro pueblo, en paz, seguridad y tranquilidad, y a que nuestros hijos e hijas vuelvan a casa; los rehenes a sus familias y los ciudadanos desplazados del norte y del sur a sus hogares, escuelas y negocios”.
A su vez, añadió que los últimos ataques israelíes en el sur de Líbano han sido «precisos e impresionantes» y subrayó que estos reafirman su «determinación de vencer frente al terror».
Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se pronunció ante la detonación de artefactos portátiles utilizados por operativos de Hezbolá en Líbano, señalando que el ataque violó el derecho internacional y podría constituir un crimen de guerra.
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