La finca La Fortuna, ubicada en el municipio de Caluco, en el departamento de Sonsonate, ha visto cómo en sus tierras surge uno de las frutas con más demanda entre los salvadoreños: el jocote. Sin embargo, en esta zona del país han desarrollado una peculiar clase de este fruto: uno sin semilla, conocido como «jobo».
Desde hace 10 años, Amílcar Lionel González Martínez decidió apostarle a esta inusual fruta. Entre pruebas y errores, lograron cultivarlo de manera formal, y se convirtió en una innovación en el mercado salvadoreño.
Video/TCS. Reportaje elaborado por Sofía Chi.
La finca cuenta con más de 1,000 árboles de este tipo de jocote, los cuales producen poco más de 60,000 sin semilla. Esperan extenderse y plantar 1,500 árboles más en esta área, que les permitan cumplir con la demanda.
Amílcar da mérito al conocimiento del agricultor salvadoreño, pues los ha llevado a alcanzar estos logros.
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González se siente orgulloso de innovar en producción de frutas poco comunes, y por haber conseguido la aprobación y satisfacción dentro del mercado nacional. Tanto él como sus empleados aclaran que no son profesionales en la agricultura. Sin embargo, eso no les ha impedido cumplir sus sueños.
Si nos basamos en la apariencia, quizá el jocote jobo no enamora, ni es tan atractivo, pero todo cambia al probarlo luego de partirlo, dado que no tiene semilla.
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Jocote jobo
El árbol del jocote sin semilla, o «jobo», da frutos todo el año, sin importar las condiciones climáticas. Se caracterizan por tener una baja estatura. Tiene características similares en el tamaño, pero es peculiar en su sabor poco ácido, que lo sitúa entre el mango tierno y la guayaba.
A pesar de la alta demanda de este producto a nivel nacional e internacional, no descartan, en corto plazo, convertirse en exportadores del jocote sin semilla. Lo cual les permitiría obtener el reconocimiento como grandes productores del fruto.
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