Muchas personas han atestiguado vivir experiencias cuanto menos extrañas cuando se hallan en el descanso. Estos relatos a veces los protagonizan imágenes aterradoras, y la imposibilidad de mover un solo dedo del cuerpo.
A esta condición, de despertarse, pero no lograr movilizarse, se le denomina parálisis del sueño. Es una afección muy famosa, pues mucha gente ha manifestado sufrirla en medio del sueño, y por lo general, ninguna experiencia suele ser placentera.
La parálisis se hace presente cuando parte del cerebro se despierta, mientras que el cuerpo permanece temporalmente paralizado. Ocurre en la transición de la fase REM (la más profunda) al despertar.
Flor Ayala, intérprete de sueños, confiesa que le han llegado muchos consultantes con el padecimiento. Cree que el origen del problema es el miedo, el cual le impediría reconocer al que lo sufre que aún se halla en un sueño, y que las imágenes vistas no son reales.
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Omar Romero, investigador y terapeuta, puntualiza que dentro del estado de alteración del sueño puede haber alucinaciones y sensaciones físicas.
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Se le consultó a la población salvadoreña si alguna vez ha sufrido este desorden del sueño, y estas son sus experiencias. Nelson Rivera narra que mientras duerme, tiene la intención de tocar a alguien al lado suyo, pero la parálisis se lo impide.
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Otros habitantes aluden a una frustrada sensación de gritar, y para otra es sueño muerto. Alguien más, que cuenta su experiencia, relata que le ocurre cuando tiene mucho cansancio. En el momento que sucedió, cerró los ojos, para no ver siluetas u otras imágenes que ya ha visto.
Sin embargo, pudo sentir cómo algo se subía en su cuerpo, y le respiraba cerca de su oído.
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Algunos expertos apuntan que la afección se puede manifestar por situaciones de estrés o cosas que viven antes de dormir. Romero anota algunos métodos que se pueden tomar en el momento de sufrir la parálisis.
Primero, mantener una respiración tranquila y profunda, guardar la calma, y ser consciente que el instante no durará para siempre, sino solo unos segundos. Otra estrategia es contar del 1 al 10.
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A pesar de que es una afección sin un remedio definido, para reducir los riesgos de sufrir la parálisis se debe dormir bien, e intentar controlar el estrés.
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