Doña Tota fue, para muchos, “la madre del fútbol” y así lo tituló un diario cuando falleció en noviembre de 2011, pero para Diego Maradona fue mucho más que quien le dio la vida.
El fallecido crack argentino, que descansa con sus padres en el Jardín de Paz de Bella Vista, la definió también como “novia” y como “mi todo”, tuvo un idilio con ella y se cree que nunca pudo superar su muerte hasta caer en los últimos meses en una gran depresión por esta causa.