La Siguanaba es una leyenda salvadoreña o mito, que narra acerca de una aparición en la forma de una mujer con su cara cubierta por un cabello espeso y grisáceo-negro, brazos blancos como el marfil, con manos muy finas y dedos delgados, uñas puntiagudas.
De noche, en los ríos, lagunas, selvas y bosques espesos, en los caminos perdidos, vaga la mujer en la búsqueda de hombres para llevarlos a su perdición.
Muchos testimonios han surgido con relatos de encuentros aterradores de los lugareños del distrito de Talnique, en La Libertad Oeste, donde pobladores aseguran escuchar y ver a esta figura sobrenatural en una cueva de la zona.
El periodista Alex Rivas, se aventuró hasta el lugar, en acompañamiento de los guías:
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Este no es el único lugar que dicen ver a esta espeluznante mujer. Asimismo, los habitantes del cantón La Bermuda, Suchitoto, sienten la presencia de la Siguanaba en una cascada.
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Interpretaciones culturales y simbolismo de La Siguanaba
La figura de la Siguanaba ha sido objeto de interpretación y simbolismo en la cultura salvadoreña. Algunos consideran que representa la lujuria y la promiscuidad, y que su aparición es una advertencia contra la infidelidad y el descontrol sexual. Otros ven a La Siguanaba como una representación de la violencia y el castigo divino hacia aquellos que no siguen las normas sociales establecidas.
Además, la Siguanaba también puede ser interpretada como una metáfora de los peligros. De igual manera, las tentaciones de la vida nocturna, especialmente para los hombres.
Su aspecto aterrador, su capacidad para seducir y castigar a los hombres puede ser vista como una advertencia contra los excesos y los vicios.
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