La actriz Lindsay Lohan, quien fue una de las estrellas más emblemáticas del cine a principios de los años 2000, está viviendo un renacimiento en su carrera. Tras varios años alejada de los reflectores, la intérprete regresa con entusiasmo para participar en la secuela de Freaky Friday (Un viernes de locos), una de las producciones que marcó no solo su trayectoria artística, sino también su vida personal.
En una reciente entrevista, Lohan no ocultó su alegría por volver a la pantalla grande con esta esperada película. “Es fantástico. Todos nos divertimos mucho, y es genial tener esa energía en el set”, afirmó. También expresó que fue “una experiencia increíblemente personal y reveladora”.
Esa conexión emocional se intensificó gracias a la química que aún conserva con Jamie Lee Curtis, quien interpreta a su madre en la historia. Lohan destacó lo especial que fue reencontrarse con Curtis, con quien ha mantenido una amistad duradera a lo largo de los años. “Trabajar juntas nuevamente fue como si el tiempo no hubiera pasado. Hay una complicidad que se mantiene viva”, comentó.
La etapa de producción del filme estuvo marcada por el entusiasmo y el optimismo, algo que se refleja claramente en las declaraciones de la actriz. “Gracias a todos los involucrados, que pusieron tanto amor y esfuerzo en hacer esta película. ¡No puedo esperar para compartirla con todos!”, expresó con gratitud.
El regreso de los personajes principales
La historia se sitúa 22 años después de los acontecimientos de la película original y evidencia el paso del tiempo a través de sus protagonistas. Anna (Lohan) es ahora madre y se enfrenta al reto de formar una familia ensamblada. Por su parte, Tess Coleman (Curtis), con una vida aparentemente más estable, también deberá lidiar con las complejidades de la dinámica familiar, reviviendo la crisis de identidad que las unió en la primera entrega.
En esta nueva etapa, el personaje de Anna debe afrontar nuevos desafíos. Como madre y futura madrastra ya que tiene que aprender a unir dos mundos familiares diferentes, mientras lidia con los altibajos emocionales que eso conlleva.
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La secuela introduce además un “giro multigeneracional”, incorporando a nuevas figuras clave: la hija de Anna, interpretada por Julia Butters y su futura hijastra interpretada por Sophia Hammons.
Otro de los regresos más esperados es el de Chad Michael Murray, quien vuelve a dar vida a Jake, el antiguo interés amoroso de Anna. Su personaje fue un ícono para muchos jóvenes en los años 2000 y su reaparición promete avivar la nostalgia de los seguidores de la cinta original, al mismo tiempo que añade un nuevo matiz a la historia.
