Una noche mágica, llena de historias, risas y emociones, fue el escenario perfecto para reencontrarse con Luciana Sandoval, un verdadero ícono de la televisión salvadoreña. Su participación en Detrás de los Reflectores permitió conocer una faceta íntima y reflexiva de la conductora, alejada de los guiones y las cámaras, pero fiel a su esencia: auténtica y fuerte.
Luciana compartió que hoy se siente plena y feliz, un estado que irradia en cada palabra, en cada gesto. “Ahora en día me siento plena y feliz”, confesó con esa honestidad que la caracteriza. Esa plenitud es el resultado de años de entrega, crecimiento personal y profesional, y de un equilibrio que ha logrado construir con determinación y sensibilidad.
Durante la entrevista recordó con cariño su etapa en Viva la Mañana, un programa al que dedicó 18 años de su vida. “Fue algo muy bonito. Recuerdo cuando se celebraron los 18 años y hubo entrega de DUI, tuve el privilegio de recibirlo”, relató con alegría.
Luciana también dejó entrever su lado más humano y cercano, al confesar que los postres son su placer culposo. “Aunque me lo prohíban, no los puedo dejar pasar”, dijo entre risas. Reveló que su esposo es un gran apoyo en temas de alimentación saludable, ya que es mucho más disciplinado que ella, pero juntos han encontrado un balance. “Yo lo hago pecar, soy la que le dice: amorcito, las hamburguesas, amorcito, nos vamos a comer el postrecito. Y lo disfrutamos”, agregó.
Cuando se le preguntó cómo creen que sus amigos la describen, respondió sin dudar: “Súper despistada”. Esa mezcla entre carisma, sencillez y cercanía es parte de lo que la hace tan querida.
Cuando se le preguntó a quién acude Luciana para recibir consejos respondió con ternura: “A mi mamá, es muy sabia. A mis hermanas y al hombre maravilloso que me está brindando también muchas enseñanzas y una estructura que creo que en mi vida la necesitaba”.
Entre sus grandes tesoros está su hermana Alejandra, una bendición que considera un regalo de Dios. “Soñaba con tener una hermana. Siempre he sido una hermana súper protectora, como una segunda mamá. Tenemos una relación súper linda”, compartió emocionada.
Con esta entrevista Luciana Sandoval, con su luz, sus dudas, sus miedos y su inmensa capacidad de amar y reinventarse, sigue inspirando a generaciones. Gracias, Luciana, por abrirnos tu corazón.
