El trabajo de los sobadores está relacionado con la compostura del músculo y esqueleto. Sus trabajos van, desde el relajamiento hasta la corrección o solución de ciertos dolores.
En algunas ocasiones, la gente recurre a estas personas para alinear órganos fuera de sitio, reparar torceduras y atender luxaciones.
En el mercado central de San Salvador se encuentra el señor Amado Martínez, quien es conocido por ser un sobador.
Video/TCS. Reportaje elaborado por Fabiola Hernández.
En la vida de un sobador no hay en sus paredes diplomas de instituciones universitarias, y de sus ropas no cuelgan acreditaciones o credenciales, pero si cuentan con la habilidad de adquirir sus propias técnicas.
Por lo que, un sobador utiliza aceites, bálsamos o plantas para desempeñar una labor que suele parecer una mezcla entre masaje terapéutico y técnicas quiroprácticas.
Martínez especificó que, con el paso de los años, ha logrado identificar cada lesión. Además, utiliza hierbas medicinales para crear sus propias pomadas.
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Sin embargo, los especialistas en salud, enfatizan que esta es una práctica poco recomendable. Aseguraron que, una manipulación incorrecta de los huesos, puede ser muy perjudicial. El riesgo es aún mayor, cuando lo que se quiere manipular son los huesos del cuello o espalda, pues esta parte del cuerpo tiene una conexión directa con la columna vertebral, ocasionando una afectación al sistema nervioso.
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Afectaciones causadas por los sobadores:
- Hernia de disco o agravamiento de una hernie existente.
- Compresión de los nervios de la parte inferior de la columna vertebral.
- Un accidente cerebrovascular después de una manipulación de cuello.
- Sinostosis radio cubital.
Los especialistas recalcan que, si las personas poseen una molestia o dolor, lo importante es acudir al médico y no a un sobador. No obstante, las personas acuden a ellos ya que «poseen una solución más rápida y económica».
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