Tras la polémica reforma de pensiones aprobada por el Senado de Francia, masivas protestas se generaron en la capital, París, como muestra de rechazo a la impopular iniciativa del gobierno de Macron.
Para controlar las movilizaciones de los participantes, las fuerzas de seguridad utilizaron cañones de agua y gases lacrimógenos, con el fin de dispersar a los asistentes en la Plaza de la Concordia. Lugar que se convirtió en el epicentro de la protesta.
Con la implementación de los dispositivos de seguridad en la zona, más de 200 personas fueron detenidas al término de una concentración, que rechazaba la iniciativa de pensiones aprobada ayer jueves por decreto, y todavía sin voto en la Asamblea Nacional.
Concentraciones en París
Los participantes, bajo las consignas “bloquear el país», y la meta de tumbar al actual Ejecutivo, fueron parte de las actividades realizadas en la famosa plaza.
Algunos miembros quemaron contenedores, destruyeron automóviles, y montaron barricadas. Lo que provocó varios arrestos.
Según datos de la Policía de París, detuvo a 217 personas en la plaza. Otras ciudades que reportaron disturbios similares fueron Lyon, Rennes, Nantes y Marsella. Por su parte, el alcalde de la ciudad de Rennes denunció «una violencia asombrosa».
En la capital portuaria de Marsella, en el sur de Francia, se destrozaron escaparates y fachadas de bancos. Se atribuyó parte de los estragos a grupos radicales de izquierda.
Pese a que las fuerzas de seguridad tuvieron que intervenir para desalojar la Concordia, las tensiones se trasladaron a otras zonas próximas, como la de los Campos Elíseos.
Los agentes utilizaron cañones de agua, luego de un intento de dañar el Obelisco de Luxor, del antiguo Egipto, situado en el centro de la plaza.
Ante los disturbios, equipos de bomberos intervinieron para extinguir incendios en el recinto del Obelisco, en particular de tablones y de una excavadora.
También se registraron varios en las calles aledañas, con cubos de basura y mobiliario urbano quemado. Así lo dijo la Prefectura de Policía.
La prensa local indicó que, tanto la ultraderecha de Marine Le Pen, como la izquierda, adelantaron que presentarán respectivas mociones de censura.
Esto con el fin de intentar tumbar al Gobierno de la primera ministra, Élisabeth Borne, por haber aprobado la reforma de pensiones por la vía rápida.
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