Uruguay dio el golpe en La Bombonera: le cortó el invicto a la selección argentina, que no perdía desde el debut en el Mundial de Qatar ante Arabia Saudita.
Con dinámica y presión, los dirigidos por Marcelo Bielsa supieron cómo neutralizar al dueño de casa.
Esa aspereza derivó en la gresca que se desarrolló en el primer tiempo: luego de un cruce iniciático entre Mathías Olivera (que se le pegó a la Pulga) y Rodrigo de Paul, el capitán del Inter Miami terminó tomando del cuello al uruguayo, y hubo insultos y empujones.
El delantero ex Barcelona y PSG pidió el balón, buscó asociarse, incluso intentó con acciones individuales, pero a Argentina le costó elaborar.
“Sabíamos que era el partido que nos íbamos a encontrar. Ellos son intensos. Juegan al mano a mano. Tienen gente física y rápida en la mitad.
“Esta clase de partidos es normal, en las Eliminatorias y con Uruguay es así. Prefiero no decir lo que pienso, pero esta gente joven tiene que aprender porque tiene una buena camada. Tienen que aprender a respetar porque este clásico siempre fue intenso y duro, pero con mucho respeto”.
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