Un meteorito con una edad estimada de más de 4,500 millones de años cayó en Italia la semana pasada, informó el científico Albino Carbognani, del Instituto Italiano de Astrofísica (INAF por sus siglas en italiano), en una nota publicada en el sitio web de la institución.
El objeto espacial cayó verticalmente a una velocidad de 300 km/h, en el techo de una casa en la localidad de San Valentino, provincia de Salerno. Por lo que, con su impacto, astilló una teja del balcón, rompiéndose en varias piezas.
El 18 de febrero, la institución escribió en su cuenta oficial de Twitter:
«En la tarde del 14 de febrero, 3 cámaras de red PRISMA detectaron una bola de fuego brillante entre Puglia y Basilicata. Ayer, el descubrimiento de un meteoro asociado con el evento, el segundo recuperado en Italia a través del análisis de la trayectoria».
Por ahora, el material recuperado será sometido a «análisis detallados» para determinar su composición química, mineralogía, y las características petrográficas, útiles para la clasificación del mismo. También, se está coordinando la búsqueda de más material en la zona.
El meteorito ronda casi la misma edad del sistema solar, la cual se estima en 4,571 millones de años. En la nota del anuncio, el investigador apuntó que, encontrar un asteroide como este, ayuda a los científicos «a reconstruir las etapas que llevaron a la formación de los planetas, Tierra incluida«.
Esta es la segunda recuperación de un meteorito en Italia con una trayectoria triangulada durante la fase de bola de fuego. Previamente, el 4 de enero de 2020, se recuperó uno que cayó en Cavezzo, provincia de Módena.
La detección
El 14 de febrero a las 7 p.m., hora local, tres cámaras de la red Prisma, detectaron una bola de fuego en el cielo, que comenzó a brillar a unos 90 km de altitud. En ese momento, inició una trayectoria descendente inclinada de 60 grados con respecto al suelo, al que impactó minutos después.
Por lo tanto, los científicos coordinaron la búsqueda, que empezó de inmediato.
Proyecto Prisma
Carbognani también explicó en su nota lo que constituye el proyecto Prisma, que es una red de cámaras instaladas en varias localidades de Italia, que observan meteoros «muy brillantes«.
Las cámaras sirven para detectar y vigilar la trayectoria del objeto, y luego determinar la posible zona donde cayó, para su posterior recuperación.
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