Tras el segundo día de huelga de hambre en Bolivia, el exmandatario Evo Morales, acusó al gobierno de desestimar su propuesta de diálogo. Esta tendría el objetivo de poner fin a casi un mes de protestas, las cuales finalizaron el pasado viernes 1 de noviembre, con la toma de 200 militares. Estos puestos como rehenes en tres cuarteles por partidarios de Morales en Cochabamba.
“(Pedí) diálogo inmediato y que se instalen dos mesas de diálogo (…). Y la respuesta del gobierno más bien ha sido detener a más de 50 manifestantes”, expresó Morales en una entrevista. Los seguidores del expresidente también reclamaron soluciones con respecto a la crisis económica de Bolivia. Asimismo, pidieron la renuncia del presidente Luis Arce, quien era su aliado y exministro.
Además, los partidarios de Morales, comenzaron el pasado 14 de octubre a bloquear carreteras del país, las vías más principales. En ese sentido, exigieron el “cese de la persecución judicial”, en su contra, quien está investigado por un presunto caso de abuso a una menor. “Esta gente reacciona. (Habrá) más reacción. Es una total persecución”, manifestó.
Video/ TCS
En cuanto a la huelga de hambre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, por medio de su sitio web, informó:
“El Gobierno, asimismo, ha ratificado su plena voluntad y predisposición al diálogo con todos los sectores sociales del país. Pero deja claramente establecido que el mismo no podrá instalarse mientras el pueblo boliviano siga siendo víctima de los abusos por parte de estos grupos a quienes no les interesa la economía nacional y popular, y que solo buscan materializar los intereses personales y electorales de un expresidente”.
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Además, informaron que el restablecimiento de las rutas del país, “continuará sin pausa hasta lograr devolver la seguridad, la paz y la tranquilidad a todos los hogares bolivianos”.
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