El pasado 20 de abril se cumplieron 101 años del nacimiento de la madre del folclore cuscatleco, Morena Celarié. Según historiadores, hay un mito en torno a la bailarina, y es que se habla que vistió toda su vida de blanco, debido a una promesa a la Virgen de Guadalupe.
Video/TCS. Reportaje elaborado por Diana Barillas.
Morena Celarié nació en el Barrio San Jacinto, de la ciudad de San Salvador. Desde su infancia, estaba destinada a la danza. Sus dotes artísticas la hicieron destacar en los teatros y lugares donde se presentaba. Se graduó en la Escuela Normal-Seminario Central de Maestros, de España.
Obtuvo una beca en México para estudiar coreografía en Bellas Artes. Después de muchos triunfos, y de hasta haber dirigido grupos, regresó a El Salvador, donde acompañó y observó de cerca las expresiones culturales del pueblo indígena, la flora y fauna cuscatleca, inspirándose para proyectarlas en sus movimientos y formas.
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En 1969 inició su grupo de danza Ballet Folclórico Morena Celarié, de mujeres y hombres, con quienes realizó múltiples presentaciones dentro y fuera de El Salvador. La compatriota fue nombrada Artista del Año, del Instituto Salvadoreño de Turismo (ISTU).
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Por decreto legislativo, el 6 de junio de 1987, la Escuela Nacional de Danza Morena Celarié recibió su nombre. Con el objetivo de reconocer la carrera de esta bailarina, que fundó el primer grupo profesional de danza folclórica.
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La muerte de Celarié es un misterio
El pasado 20 de abril de 1972, se localizaron sus restos al fondo de un barranco de, al menos, 75 metros de profundidad, en la zona turística de Los Planes de Renderos.
Según los historiadores, ella recibió una llamada telefónica de una mujer que le propuso contratarla, para darle clases de danza a una niña.
Ese día, la bailarina no habría vestido de blanco, como supuestamente prometió hacerlo a la Virgen de Guadalupe, después de superar la parálisis que sufrió a sus 9 años. La promesa habría sido portar ese color hasta cumplir los 50.
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