Como si fueran piedras incandescentes que salen disparadas de un volcán, los habitantes del distrito de Nejapa, municipio de San Salvador Oeste, se reúnen cada año para lanzarse bolas de fuego, en un centenario ritual que desafía al peligro.
Según los habitantes de este lugar, el origen de dicha tradición consistente en el lanzamiento de las bolas de fuego tiene su origen en hechos históricos o religiosos.
Según la tradición oral, Nejapa estaba asentado en el paraje de San Lorenzo, destruido por la erupción del volcán El Playón en 1658. Transcurrido un año, los habitantes se trasladaron a Quezaltepeque y, luego, al actual asentamiento.
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Ricardo Jiménez, quien será jugador de esta tradición, explicó que son más de 150 jóvenes que se lanzan bolas en llamas de un lado a otro. Las cuales, estas esferas están fabricadas con tela, alambre y gasolina.
Este año, alrededor de 3,000 bolas están listas para ser arrojadas al aire durante el juego, que tiene una duración de dos horas. Por lo que, si usted será parte de esta tradición, se recomienda tener precaución. Porque cada año se reportan personas quemadas a causa de esta actividad.
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Las bolas de fuego han sido declaradas como un bien cultural
El 30 de agosto de 2019, el Ministerio de Cultura de El Salvador, presentó la declaratoria de Bien Cultural a la tradición de las Bolas de Fuego de Nejapa, como explica el Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina (CRESPIAL).
El acto en el que fue declarado como Bien Cultural se realizó en el Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán, por la entonces ministra de Cultura, Suecy Callejas. Esta tradición se pasó oralmente de generación en generación y son los jóvenes los que se adueñan cada 31 de agosto.
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