Durante la celebración de la Vigilia Pascual el Papa Francisco hizo importantes señalamientos al “cáncer de la corrupción”, la “indiferencia” que propaga “la injusticia” y “los vientos gélidos de la guerra” en su intervención de la misa que se desarrolló en la basílica de San Pedro durante la Vigilia Pascual evento religioso que precede el Domingo de Resurrección.
“Otras veces, nos hemos sentido impotentes y desalentados ante el poder del mal, ante los conflictos que dañan las relaciones, ante las lógicas del cálculo y de la indiferencia que parecen gobernar la sociedad, ante el cáncer de la corrupción, ante la propagación de la injusticia, ante los vientos gélidos de la guerra”, exclamó el Papa durante su homilía de este Sábado Santo.
Sus declaraciones se hicieron en el tercer día y último del Triduo Pascual, fecha que los creyentes católicos rememoran especialmente a la Virgen María tras la pérdida de su hijo. Este Sábado Santo es sinónimo de:
- Dolor
- Tristeza
- Reflexión
En este momento que todos esperan la Resurrección de Jesús, el Papa ha instado a los feligreses a resurgir con “una vida nueva”.
La vigilia Pascual comenzó en el atrio de la Basílica de San Pedro con la bendición del fuego y la preparación del cirio pascual.
Papa bautiza a 8 personas en Vigilia Pascual
Tras la procesión hasta el altar, con el cirio pascual encendido, el Papa administró el sacramento del bautizo a 8 adultos procedentes de Albania, Estados Unidos de América, Nigeria, Italia y Venezuela.
El papa Francisco reivindicó “la alegría del encuentro con Jesús” frente a las “desilusiones”, las “amarguras” y la “desconfianza”. Y de esa manera enumeró las razones que niegan la esperanza:
- “Las del ‘no hay nada más que hacer’, ‘las cosas no cambiarán nunca’, ‘mejor vivir al día’ porque ‘no hay certeza del mañana’”, dijo el Pontífice.
En este momento también, el Santo Papa recordó dar palabras de aliento para aquellas personas que han sufrido. “atenazados por el dolor, oprimidos por la tristeza, humillados por el pecado”. “Cuando hemos sentido la amargura de algún fracaso o el agobio por alguna preocupación, hemos experimentado el sabor acerbo del cansancio y hemos visto apagarse la alegría en el corazón”, agregó.
Francisco también exhortó la indiferencia sobretodo en el mundo donde prevalecen las leyes del más “astuto y del más fuerte”. También empatizó con los que se han “encontrado cara a cara con la muerte” porque les han “quitado la dulce presencia” de sus seres queridos o porque les ha rozado en la enfermedad o las desgracias, y fácilmente quedan atrapados por la desilusión y se seca en ellos la fuente de la esperanza.
Este momento, fue también experimentado por los discípulos tras la muerte de Jesús cuando “todo parecía sin perspectiva, como si una piedra sellara la esperanza”. Sin embargo, subrayó que “la fuerza de la Pascua” invita a “quitar las lápidas de la desilusión y la desconfianza”.
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