Este día, 11 de enero, el primer ministro de Papúa Nueva Guinea, James Marape, declaró estado de emergencia en su país ante los disturbios en varias ciudades que han causado la muerte de al menos 15 personas.
Además, el funcionario anunció que la medida se mantendrá inicialmente durante 14 días. De igual manera, detalló que mil efectivos del Ejército se encuentran a la espera de ser convocados si se produce una escalada de violencia.
Según el reporte de las autoridades, los disturbios comenzaron después de que una protesta pacífica convocada el día de ayer, por la Policía y otros efectivos de seguridad por el recorte de sus salarios y el de otros funcionarios se tornara en violenta al ser aprovechada por otros ciudadanos para realizar saqueos y provocar incendios en la capital y en otras urbes.
Varios videos en las redes sociales muestran almacenes envueltos en llamas y multitudes participando en saqueos, que se han expandido a otras regiones.
Nueve personas han fallecido en la capital, Port Moresby, mientras otras siete han muerto en Lae, la segunda mayor ciudad de Papúa Nueva Guinea, de acuerdo con los últimos reportes de las autoridades.
Pronunciamiento de las embajadas por los disturbios
La embajada de Estados Unidos en Port Moresby indicó que se produjeron disparos cerca de sus instalaciones cuando la policía intentaba dispersar grupos de saqueadores.
Pekín presentó una queja formal porque en los disturbios, según su diplomacia, varios comercios chinos resultaron dañados y dos de sus ciudadanos sufrieron heridas leves.
Este estallido de violencia refleja la volátil situación en este país situado a apenas 200 kilómetros de la costa septentrional de Australia.
Aunque dispone de enormes reservas de gas, oro y minerales, los grupos de derechos humanos estiman que un 40% de sus nueve millones de habitantes viven por debajo del umbral de la pobreza.
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