Ante los últimos ataques de perros que se han reportado en el interior del país, es necesario conocer qué es lo que provoca estos eventos, tomando en cuenta si sus factores se relacionan con la raza o crianza de las mascotas. A continuación, los expertos nos dan su punto de vista, y amplían sobre el tema.
Pedro Gutiérrez contó su experiencia luego de ser atacado por un perro pitbull. Esta mascota era propiedad de un familiar. Él menciona que el canino empezó a hacerse agresivo. Hasta el momento, no tienen claro el cambio que tuvo, pero recuerda que primero lo atacó en uno de sus brazos.
Pedro cuenta que desde pequeño tiene experiencia para tratarlo. Sin embargo, a partir de su accidente, indica que es más cuidadoso.
El veterinario Luis Cruz añade que el ataque de perros pitbull es fuerte, y sus mordidas podrían ser graves. Esto se debe a las características de sus mandíbulas. Agrega que la fuerza puede oscilar entre los 235 y los 400 psi (grado de medición de mordida).
Otra dueña de este tipo de raza menciona que sus tres cachorros son “mansitas”, y que hasta el momento no han mostrado actitudes violentas contra otros.
Video /TCS/Reportaje/Periodista: Claudia Martínez
¿De qué depende el comportamiento de los perros?
Algunos especialistas, entrenadores de estas especies, mencionan que los animales responden o actúan según el ambiente de crianza. Agrega que se debe considerar que tienen su instinto de caza, al ser muy atléticos.
¿Cómo controlar las conductas agresivas?
El experto menciona que lo recomendable es no hacer contacto visual, y seguir el recorrido a un paso tranquilo, alejado de la mascota cuando la sacan de paseo.
En instantes de ataque se sugiere que el dueño intervenga, y ponga sus pantorrillas a la altura del estómago del animal, para detenerlo. Además, si está mordiendo, el entregador propone que su cinturón o correa se ubique en el cuello por un máximo de seis segundos. Esto hará que el perro suelte a la presa.
Hasta el 2020, el Ministerio de Salud reporta 18,000 atenciones por ataques de caninos a personas. Existen normativas que buscan controlar estos incidentes, como la Ley de Bienestar Animal.
En su artículo 63 establece como infracción muy grave del propietario permitir que su perro, que muestra problemas de socialización o conducta agresiva, permanezca en la vía pública sin bozal, correa o pechera. La multa puede ser de entre siete y diez salarios mínimos.
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