El presidente destituido de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, ha rechazado nuevamente entregarse a las autoridades para ser interrogado sobre su intento fallido de decretar la ley marcial el mes pasado.
Yoon Suk Yeol permanece en su residencia, protegida por guardias de su servicio de seguridad, quienes han impedido su arresto. Mientras tanto, los investigadores anticorrupción que lideran el caso han anunciado que solicitarán una extensión del plazo para proceder con la detención.
Por el momento, las autoridades han acusado a los principales oficiales militares que estuvieron detrás del plan para imponer la ley marcial en esa nación asiática. La fiscalía surcoreana intensificó sus esfuerzos para investigar a Yoon por abuso de poder y otros cargos relacionados.
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Uno de los funcionarios a cargo de la investigación contra el Presidente Yoon en la Policía Nacional citó potenciales conflictos legales. Estos con el fin de rechazar para tomar cargo exclusivo de la detención del mandatario de Corea del Sur que está suspendido.
El subdirector de la Oficina de Investigaciones de Corrupción de Funcionarios de Alto Rango (CIO), Lee Jae-seung, expresó: “La validez de la orden expira hoy (lunes). Tenemos previsto solicitar una prórroga al tribunal”. Agregó que “También consideraremos la opción de arrestar a cualquier miembro del servicio de seguridad presidencial durante la ejecución de una segunda orden”.
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