La agresividad infantil es una conducta que se manifiesta alrededor del año y medio. A esta edad, los niños ya tienen suficiente capacidad emocional y cognitiva para sentir ira o frustración cuando algo no sale como desean.
El problema de la agresividad infantil es uno de los trastornos que más invalidan a padres y profesores, junto con la desobediencia.
Video/TCS. Reportaje elaborado por Damaris Gómez.
Tipos de agresividad infantil
- Física: empujones, arañazos, patadas, puñetazos
- Verbal: consiste en insultos y burlas
- Psicológica: maltrato dirigido a consumir la autoestima de la víctima
- Social: intención de aislar a un determinado individuo del grupo
Sin embargo, hay diversidad de acciones como las «rabietas», que forman parte del desarrollo menor. El problema surge cuando la agresividad no desaparece en el momento, o cuando su intensidad está fuera de control, por lo que los padres tienen un papel importante.
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Según especialistas, para poder actuar sobre la agresividad infantil, los padres e incluso los educandos, necesitan un modelo o teoría que seguir; se le conoce como Teoría del aprendizaje social.
Habitualmente, cuando un niño emite una conducta agresiva, es porque reacciona ante un conflicto. Este puede resultar de:
- Problemas de relación social con otros niños o con los mayores, respecto de satisfacer los deseos del propio niño.
- Problemas con los adultos, surgidos por no querer cumplir las órdenes que estos le imponen.
- Problemas con adultos cuando estos les castigan, por haberse comportado inadecuadamente, o con otro niño cuando este le agrede.
Cuando los padres castigan mediante violencia física o verbal, se convierten para el niño en modelos de conductas agresivas. Si el niño vive rodeado de estos modelos, va adquiriendo un repertorio conductual caracterizado por una cierta tendencia a responder agresivamente a las situaciones conflictivas que puedan surgir con aquellos que le rodean.
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