En la actualidad, la irrupción de la inteligencia artificial está trastocando varios ámbitos de la vida cotidiana y, por supuesto, de las empresas y organizaciones. Pues existe una atractiva cantidad de herramientas que agilizan y optimizan los procesos de una cadena de valor, que, en suma, mejora el rendimiento general de las instituciones.
Sin embargo, no es común establecer una relación entre la inteligencia artificial, que en la actualidad está masificándose a través de invenciones como Chat GPT, que, apuntan algunos, afectará para siempre el método de aprendizaje de las próximas generaciones, con el ámbito de las relaciones públicas.
Esta unión será cada vez más común en el futuro próximo, que apunta a estar dominado por dos elementos principales: la misma inteligencia artificial y el internet de las cosas que, juntos, simplificarán a niveles nunca antes vistos los procesos más sencillos que existen.
Este boom tecnológico, que ha tenido un ritmo de crecimiento vertiginoso desde el inicio del presente siglo, podría ser el comienzo definitivo de una nueva era en la historia humana. En la que, todos los elementos que conocemos, cambiarán o se verán influenciados de una u otra manera.
Ahora bien, para establecer la curiosa relación, tenemos primero que definir que se entiende por «relaciones públicas».
Las relaciones públicas
Según la Sociedad de Relaciones Públicas de América, son los procesos de comunicación estratégica que construyen relaciones mutuamente beneficiosas, entre las organizaciones y sus públicos.
Esta denominación es clave, pues es el punto de partida para entender qué tiene que ver la inteligencia artificial con la comunicación estratégica, esencia y corazón de las relaciones públicas.
¿Qué se entiende por comunicación estratégica? Pues, según Díaz-Criado (2017), los expertos han colegido que la comunicación estratégica tiene 4 elementos claves:
- Está orientada a un fin.
- Ocurre en un entorno competitivo.
- Coordina las funciones y acciones de comunicación.
- Las acciones comunican tanto como las palabras.
Como ves, podría definirse como un tipo de comunicación en una organización, que cuida y calcula la planificación de los procesos comunicativos, acorde a los intereses de la institución, así como prevé sus posibles efectos.
El análisis de datos
Vislumbrando esta situación, nos falta un ingrediente clave para el cóctel perfecto:
- El análisis de datos
Y aquí es donde llegamos al punto donde todos los temas se dan la mano, produciéndose el «matrimonio» entre las relaciones públicas, abanderadas por la comunicación estratégica, con la inteligencia artificial, que tiene el potencial de despegar el análisis de datos a otro nivel.
Como se sabe, en el mundo empresarial, para construir un exitoso plan de comunicación estratégica, tanto interno como externo, no hay elemento quizá más neurálgico que los datos, la información. El conocimiento es poder, y viene de ahí.
La recolección de los mismos se puede realizar de mil maneras distintas, con un estudio de mercado, con herramientas digitales que vigilan métricas, con encuestas, formularios, revisión de literatura, sondeos, y un largo etcétera.
Sin embargo, la clave se hallará en cómo esos datos se procesan en el menor tiempo y de manera precisa, reduciendo al mínimo los recursos que se necesiten para hacerlo.
Todo, con el único fin, como dice la sociedad, de «construir relaciones mutuamente beneficiosas» entre la organización y su público. Y ahí es donde la IA hace su entrada estelar.
La influencia de la IA
Al respecto de la influencia cada vez mayor que la inteligencia artificial tiene en las corporaciones, Pablo Duncan Linch, fundador de una consultora de relaciones públicas, apunta en la revista Mercados y Tendencias:
«La clave en esta etapa de transición, es convertir a la IA en aliada en el trabajo diario, comprendiendo sus ventajas, sus limitaciones y sacarle el mayor provecho a esta herramienta, potenciando nuestras capacidades creativas y de innovación, para brindar nuevos y mejores servicios».
Luego profundiza en la utilidad que puede otorgar la tecnología, con relación a los medios de comunicación:
«La IA nos puede ayudar a identificar patrones y tendencias en los datos, listas de medios que permitan anticipar la posibilidad de obtener coberturas específicas para entrevistas o comunicados, inclusive a crear contenido personalizado para cada periodista, o para las audiencias de cada plataforma informativa».
La big data
Uno de los ámbitos donde la inteligencia artificial se luce como nunca, es en el «big data«, que según Oracle, está formado por «conjuntos de datos de mayor tamaño y más complejos«. Y apunta:
«Estos son tan voluminosos que el software de procesamiento de datos convencional no puede gestionarlos«.
Y ahí entra el elemento clave, la inteligencia artificial, que según el Instituto de Ingeniería del Conocimiento, se debe nutrir con big data, ya que, «cuantos más datos tengamos, más fiable y representativa será la muestra del proceso que queremos automatizar, y mejor va a funcionar el software que se genere«.
Dos sub ramas de la inteligencia artificial, el famoso Machine Learning y el Procesamiento de Lenguaje Natural, «convierten los datos en la información que necesitan, para conseguir esa Inteligencia Artificial que extraiga conclusiones, haga predicciones o se comunique con nosotros«, sentencia la institución.
Según Substrate, el mercado de la IA alcanzará los 190 mil millones de dólares en 2025.
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