Son muchas las personas que se han quemado la lengua cuando toman sopa o un simple macarrón, porque devoran la comida nada más servírsela en el plato, sin importar la temperatura.
Lo primero es dejar claro que no se trata de que sea mejor comer caliente, frío ni a temperatura ambiente. Pero de caliente a muy caliente, hay un salto importante que puede traernos consecuencias si lo hacemos de manera habitual.
De acuerdo con los expertos, algunos riesgos de comer los alimentos muy calientes son los siguientes:
- Daña tanto la mucosa como las membranas de nuestra boca mediante quemaduras
- Genera una gastritis
- Desencadena inflamaciones, enrojecimiento o alteraciones de las papilas gustativas perdiendo así por algunos días el sentido del gusto y la sensibilidad
- Origina úlceras
- Problemas en el esófago y el estómago
- Inflamación abdominal.
De igual manera, con el tiempo, empieza a aparecer las enfermedades como las ulceras o las gastritis y pueden ir evolucionando hasta llegar a un cáncer de estómago o de esófago.
Video/TCS. Reportaje elaborado por Dámaris Gómez
Recomendaciones para comer alimentos no muy calientes
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó del peligro que suponía ingerir bebidas muy calientes, ya que podrían causar cáncer de esófago. Tras un análisis del posible efecto cancerígeno de consumir café, mate y otros líquidos calientes, los científicos encargados de la investigación llegaron a la conclusión de que el riesgo residía en la temperatura, y no en las bebidas en sí.
No obstante, lo recomendable para los alimentos es que las temperaturas de cocción y de calor máximo sean de 50 °C, pero el nivel normal se mantiene entre los 37 °C y los 45 °C. Todo depende de los gustos, pero sin excederse, pues ahora mientras se puede comer de todo.
Video/TCS
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