El añil de El Salvador destaca en la historia como el oro azul que tiñó de elegancia al mundo entero. Además, por haber sido fuente de ingresos para una importante cantidad de los habitantes del territorio durante el tiempo colonial.
Por casi tres siglos de la colonia, la producción del añil en el país fue la base de la economía, y significó el auge agrícola más grande del territorio entre los siglos XVI y el XIX, destacando la región salvadoreña en todo el reino de Guatemala (lo que ahora conocemos como Centroamérica).
Video/TCS. Reportaje elaborado por Sofía Shi.
La elaboración de productos derivados, se ha vuelto una fuente de ingresos económicos para muchas familias, no como en la época colonial, pero sí es una forma de trabajo que permite la subsistencia.
Tal es el caso de Daysi De Mejía, quien se ha dedicado por más de 20 años a la producción del añil en diferentes prendas de vestir.
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En la actualidad, este producto se utiliza para:
- Textiles
- Cosméticos
- Pintura para murales
- Entre otros
¿Cuál es el proceso?
La artesana, Rosalía Chávez, detalla a continuación cuál es el mejor proceso para teñir con añil.
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Los productores de añil, en el país, han surgido como una nueva clase artesanal, sin ningún tipo de arraigo de tradiciones y costumbres, incorporando, incluso, técnicas modernas de teñido de otras culturas, como por ejemplo, la japonesa.
Según el portal guanacos.com, en El Salvador, existen unas 264 hectáreas cultivadas de añil, y están ubicadas en los departamentos de San Miguel y Morazán.
Imagen: TCS
Esta producción ha provocado el surgimiento de distintos emprendimientos, como el de Daysi De Mejía.
El teñido con el oro azul, es un atractivo turístico que los visitantes locales y extranjeros buscan en diferentes sitios arqueológicos, pueblos y centros comerciales que comercializan los diferentes productos.
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