Manifestantes de extrema derecha, seguidores del presidente Jair Bolsonaro, causaron graves disturbios en la noche de ayer 12 de diciembre en el centro de Brasilia, para protestar por el arresto de un instigador de actos a favor de un golpe de Estado.
Los bolsonaristas trataron de acceder por la fuerza a un edificio administrativo de la Policía Federal, en el centro de Brasilia, pero fueron no lograron acceder.
Los disturbios se extendieron por un sector de hoteles vecino a la sede policial, en la zona donde se ubica el hotel donde se hospeda el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumirá el poder el 1 de enero.
El futuro ministro de Justicia del gabinete de Bolsonaro, Flávio Dino, expresó en su red social de Twitter que, «Hemos estado en diálogo con el GDF, que es responsable de garantizar el orden público en Brasilia, que ha sido golpeada por disputas políticas. La seguridad del presidente Lula está garantizada».
Disturbios
Los manifestantes prendieron fuego a varios vehículos, incluidos automóviles que estaban aparcados en las inmediaciones del edificio de la Policía Federal y autobuses urbanos.
Unos manifestantes empujaron un autobús hasta dejarlo colgado en el borde de un viaducto que superpone dos de las principales avenidas de la capital. Otros radicales causaron daños en una gasolinera cercana, donde prendieron fuego a un automóvil.
Las autoridades locales hasta el momento no han realizado un balance de daños ni han informado si hubo detenciones por los disturbios.
Los disturbios fueron controlados tres horas después de que estallara la violencia por la caballería y agentes de la Policía que usaron:
- Balas de goma
- Gases lacrimógenos
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