"En los sueños, tenemos la fuente de todas las metafísicas. Sin el sueño no habríamos sido incitados a un análisis del mundo. Incluso, la distinción entre alma y cuerpo es completamente debida a la primitiva concepción de los sueños, así como la hipótesis del alma encarnada, el desarrollo de las supersticiones, y probablemente, la creencia en Dios". - Friedrich Nietzsche, Humano demasiado humano.
¿Cómo describimos a un sueño lúcido? Pues, la definición general apunta a que se trata de un estado de la consciencia, donde el cerebro produce un sueño del cual la persona está plenamente consciente y, en algunos casos, puede controlar a voluntad.
Tal como apunta el Centro de Psicología y Salud Emocional de Barcelona, los sueños lúcidos son:
«Aquellos sueños donde la persona tiene la capacidad de ejercer absoluta soberanía sobre lo que ocurre». El centro especializado acota que no es una práctica moderna, sino más bien ancestral.
Hay que admitir que el fenómeno de los sueños es algo enigmático, y si se trata de interpretación, ya tiene un largo historial. El cual se pone de relieve cuando se leen manuscritos milenarios, como la Biblia, donde reyes y faraones buscan interpretación a las imágenes vistas en sus mentes, mientras dormían.
Sin embargo, algo que no se ha discutido mucho, sino hasta épocas más recientes, son precisamente los sueños lúcidos, pues la investigación psicológica no se los empezó a tomar en serio hasta la década de los 80, aproximadamente.
Esto, como apunta la BBC, sucedió cuando varios estudios determinaron que soñadores lúcidos podían enviar señales al exterior mientras estaban en la fase REM, la más profunda del sueño.
Además, según el centro, antecedentes de sueños lúcidos se pueden encontrar en culturas, como el taoísmo y el budismo tibetano.
La fase REM
El Instituto Nacional de la Salud Infantil del Gobierno de los Estados Unidos puntualizó que el cerebro pasa por ciclos en cinco fases distintivas: 1, 2, 3, 4 y el sueño de movimientos oculares rápidos (REM por sus siglas en inglés).
Representa el 25% del total del descanso y ocurre, aproximadamente, entre 70 y 90 minutos después de conciliarlo. La Sociedad de Investigación del Sueño (SRS) ilustra la importancia de la fase REM en la generación de recuerdos:
«Se cree que tanto REM como NREM son importantes para consolidar recuerdos dependientes del hipocampo».
La institución explica que, en este momento, el cerebro y el organismo se energizan, y se producen los sueños, que a su vez, son uno de los mayores misterios de la mente humana, pues la ciencia no ha podido esclarecer con totalidad cómo y por qué ocurren, y esencialmente, qué son.
Algunas personas cobran consciencia de que están dentro de un sueño, y actúan en consecuencia. De esa forma, el normal se transforma en lúcido por, valga la redundancia, la lucidez que se tiene en tal estado de consciencia.
Algunas técnicas
Varios especialistas hablaron para la BBC, explicando algunas técnicas que podrían ayudar a generar sueños lúcidos. Además, compilaron estudios donde se revelaban más métodos para inducirlos.
Uno de ellos es dormir entre cuatro y seis horas, y luego despertarse durante 60 minutos, para realizar ejercicios enfocados en inducir sueños lúcidos, y después, volver a dormir.
«La idea es hacerlo una vez que te queden unas dos horas de sueño«, dice Denholm Aspy, investigador en psicología de la Universidad de Adelaida, en Australia. «La mayoría de las personas tenemos alrededor de 50% de nuestros sueños en ese período«, mencionó al medio.
En un estudio de 350 participantes, llevado a cabo en 2020, se aplicó otra técnica para provocarlos, y se le llamó «inducción mnemotécnica de sueños lúcidos», la cual, según Aspy, es la más efectiva.
¿Cómo se hace? Hay que despertarse luego de cinco horas de sueño, y en ese momento, repetirse una especie de mantra: «la próxima vez que esté soñando, recordaré que estoy soñando«, y luego, intentar conciliarlo.
Otra que Aspy considera buena, se denomina «sueño lúcido iniciado por los sentidos«, que implica despertarse después de cinco horas, y luego cambiar, repetidamente, la atención que se pone en el entorno, en cosas visuales, auditivas y físicas.
Sin embargo, no se pueden universalizar las técnicas, pues, dado su misterio, no es un conocimiento objetivo. Es decir, no hay camino trazado por la ciencia para tener sueños lúcidos. Lo único que queda hacer es intentar los métodos.
El estudio de 2020 sobre los sueños lúcidos
Existe otro procedimiento, que se probó en un estudio de 2020, encabezado por Michelle Carr, investigadora del sueño y neurofisiología de la Universidad de Rochester, Nueva York.
Se llama reactivación de la lucidez dirigida, y se enfocó en provocar el sueño lúcido en una siesta en un laboratorio, sin necesidad de que la persona lo haya tenido de forma previa.
Lo que hicieron los investigadores, es darles información sobre el sueño, utilizando señales de audio y visuales, antes de tomar un descanso de 90 minutos. Al monitorearlos, se encontró que, en el cerebro, se reprodujeron las mismas señales, durante la fase REM.
Karen Konkoly, investigadora de doctorado en psicología en la Universidad Northwestern, en Illinois, Estados Unidos, coautora del estudio, dijo que la mitad de participantes lograron la experiencia. Y tres de cada cinco, que nunca lo habían tenido antes, lo tuvieron.
Como apunta el centro especializado, las personas que tienen sueños lúcidos pueden experimentar algunos beneficios:
- Mejora en la capacidad de concentración y memorización
- Estimulación de la creatividad
- Reducción de la ansiedad y estrés
- Reducción de las pesadillas
- Un despertar más suave.
La mente humana colecciona una variopinta cantidad de misterios, y tal vez nunca sepamos a cabalidad qué son los sueños lúcidos, o los sueños en general. Mientras tanto, seguiremos soñando.
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