El 15 de noviembre, El Instituto de Ciencia y Tecnología Chung-Shan, presentó los drones Chien Hsiang diseñados para destruir radares y otras instalaciones enemigas en tierra. El gobierno taiwanés solicitó la creación al instituto por las preocupaciones de los reclamos de China para la reincorporación de la isla a su territorio.
En una rueda de prensa, Chi Li-ping, director de la División de Investigación de Sistemas Aeronáuticos del Instituto, sostuvo que tanto la producción como la entrega de los drones desarrollados por el organismo marchan según lo previsto.
Chi no detalló cuántos ejemplares serán proporcionados para el ejército, pero indicó que el dron suicida tiene una autonomía de vuelo de cinco horas y puede alcanzar objetivos a 1.000 kilómetros de distancia.
Asimismo, agregó que su alcance le permite apuntar a los sistemas de radar marítimos, costeros y otros en el interior de la China continental.
El desarrollador de armas estatal de Taiwán afirmó que terminaría la producción de los primeros 104 drones para 2025.
Según Chi, los drones Chien Hsiang se ubican en una rampa de lanzamiento en paquetes de 12 unidades y no necesitan pista de despegue.
Además, pueden utilizarse como señuelos para proteger los sistemas esenciales de los ataques de misiles antirradar o de drones suicidas enemigos, sostuvo Chi.
Tensiones
China ve a Taiwán como una provincia rebelde que se reunificará con el continente tarde o temprano.
No obstante, numerosos taiwaneses están en desacuerdo. Taiwán se ve a sí mismo como un país independiente, gobernado democráticamente, pese a que nunca ha declarado oficialmente su independencia.
Los primeros que se asentaron en Taiwán fueron pueblos de las tribus austronesias, procedentes de Oceanía, el sureste asiático y partes de lo que es hoy el sur de China.
Actualmente, la disputa entre Pekín y Taiwán podría convertirse en un enfrentamiento armado con profundas implicaciones internacionales.
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