Todos los salones de belleza en Afganistán tienen menos de un mes para cerrar y suspender sus operaciones. Estas es una nueva medida de los líderes talibanes, que siguen extendiendo su gobierno represivo sobre las mujeres.
En gran parte, ellas están confinadas dentro de sus hogares, por amplias prohibiciones para trabajar y estudiar.
Según el portavoz del Ministerio de Propagación de la Virtud y Prevención del Vicio, Mohammad Sadiq Akif Mahajir, explicó a los medios internacionales que la orden se dio el 24 de junio, y que todos los salones deberán estar cerrados para el próximo 27 de julio.
Esta nueva medida disminuirá aún más la libertad de las mujeres, y asesta un duro golpe económico a las familias que dependen de esos negocios.
«Miles de familias encabezadas por mujeres perderán fuentes de ingresos. Esto es difícil para nosotras, para sobrevivir, y es una especie de tortura», dijo una maquilladora en un centro de estética de Kabul, a un medio internacional.
La medida fue ejecutada tras la orden del líder supremo de los talibanes, el mulá Mawlawi Haibatullah Akhundzada.
Prohibiciones de los talibanes hacia las mujeres afganas
Han prohibido que las adolescentes y mujeres asistan a clases, gimnasios y parques, así como trabajar para las Naciones Unidas.
El grupo también ha decretado que las mujeres deben vestir de forma que solo se les vean los ojos, y estar acompañadas por un familiar hombre, si viajan a una distancia de más de 72 km.
Las restricciones han continuado pese a la condena internacional y las protestas de mujeres, así como de activistas que hablan en su nombre.
Un informe de la ONU detalla un alza de cuadros de depresión y suicidio en las mujeres afganas. Asimismo, el documento puntualiza que las restricciones impuestas fuera del hogar, y las dificultades económicas, han dado como resultado «tensiones significativas» dentro de los hogares, y un aumento de la violencia doméstica.
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