El telescopio James Webb ha vuelto a hacer un importante descubrimiento. Este instrumento, operado por la Agencia Espacial Europea, la Agencia Espacial Canadiense y la NASA, se utiliza para observar las regiones más distantes y remotas del universo, que corresponden al pasado, debido a que se encuentran a miles de millones de años luz de distancia.
Esta semana, ha realizado un descubrimiento destacado, que se ha publicado de manera preliminar en la revista Nature, titulado: «Una población de galaxias masivas a candidatas rojas de, aproximadamente, 600 millones de años después del Big Bang».
Las galaxias supermasivas
Pues, con sus poderosos espejos y herramientas de visualización, ha encontrado seis galaxias supermasivas que se formaron entre quinientos y setecientos millones de años después del Big Bang, que, a su vez, se calcula sucedió hace trece mil ochocientos millones de años. El nacimiento del cosmos.
«Ha sido difícil encontrar galaxias masivas incluso en épocas anteriores«, apuntan los 11 investigadores, de diversos institutos y universidades alrededor del mundo, encabezados por Ivo Labbé, del Centro de Astrofísica y Supercomputación de la Universidad Tecnológica de Swinburne, Australia.
El descubrimiento implica que, dichas galaxias, son tan viejas como La Vía Láctea, que se calcula ronda casi la misma edad del universo: trece mil seiscientos millones de años.
Los investigadores esperaban encontrar galaxias viejas, pero no tan enormes. Pues las masas estelares de los seis cuerpos celestes oscilan entre diez mil y cien mil millones de veces la del Sol.
«En el área de estudio, encontramos seis galaxias masivas candidatas (con masas estelares mayores a 10,000 millones de masas solares) de 500–700 millones de años después del Big Bang, incluida una galaxia con una posible masa estelar de, aprox. 10 11masas solares«, reza el estudio.
Hallazgo histórico
Los investigadores quedaron atónitos, pues no podían creer que, en el cosmos, existieran galaxias tan masivas, y casi de la misma longevidad que la propia Vía Láctea.
Una locura total, muy alejada de todas las búsquedas previas en el tema. En ese sentido, dijeron:
«Si se verifica con espectroscopia, la densidad de masa estelar en las galaxias masivas, sería mucho más alta de lo anticipado en estudios previos«.
La imagen de campo profundo
El telescopio Webb, para hacer sus fascinantes hallazgos, enfoca lo máximo que sus lentes le permiten, tratando de inmortalizar una imagen de los cuerpos celestes que capta. Los que, en su mayoría, recibe en forma de luces, dada la enorme distancia que hay entre la Tierra y ellos.
En la última imagen de campo profundo, el Webb captó el Cúmulo de Pandora, una región del espacio donde tres conjuntos de galaxias se fusionaron para formar un «mega cúmulo«. La masa combinada de los mismos crea algo llamado «lente gravitacional«, el cual es el que hace la magia:
«Permite observar galaxias mucho más distantes en el universo primitivo, usando el cúmulo como una lupa«, se lee en la nota que la NASA colgó en su sitio oficial.
En realidad, el telescopio captó cuatro imágenes, que luego unió en una sola. La cual muestra más de 50,000 fuentes de luz infrarroja cercana. O sea, miles de galaxias que, en la foto, aparecen como tenues líneas arqueadas, de coloración roja.
Foto: Imagen de carácter ilustrativo y no comercial / Obtenido de Twitter Telescopio Webb NASA / https://twitter.com/NASAWebb/status/1625873755665825792?lang=es
La institución escribió en su cuenta de Twitter:
«Es un gran, gran universo… La nueva vista de Webb del Cúmulo de Pandora une 4 instantáneas en un panorama, mostrando 3 grupos de galaxias separados que se fusionan en un mega cúmulo, y unas 50,000 fuentes de luz infrarroja cercana».
Reacciones
Cuando recibieron las instantáneas que tomó el aparato, no lo podían creer:
«Había tantos detalles en el cúmulo de primer plano, y tantas galaxias distantes con lentes, que me perdí en la imagen. Webb superó nuestras expectativas«.
El estupor entre el equipo de científicos era evidente. Labbé dijo:
«Mi primera reacción a la imagen fue que, era tan hermosa que parecía una simulación de formación de galaxias. Tuvimos que recordarnos a nosotros mismos que se trataba de datos reales, y que ahora estamos trabajando en una nueva era de la astronomía«.
Los investigadores apuntan que, el próximo paso, será revisar bien los datos de las imágenes, y seleccionar algunas galaxias para darles seguimiento, con el espectrógrafo de infrarrojo cercano (NIRSpec). El cual brindará detalles más precisos de las distancias y composiciones de las mismas.
Un posible cambio de timón
Antes de ponerse manos a la obra, los astrónomos esperaban encontrar algo que, de la mano del telescopio Webb, y calculando el equilibrio entre la profundidad y la amplitud, abriera una nueva concepción en el estudio de la cosmología y la evolución de las galaxias. Y vaya que lo han hecho.
Pues la imagen del histórico telescopio será un punto de partida para volver a leer los estudios que, en teoría, ya determinaron los procesos de formación y origen de las galaxias, así como del mismo universo. Pues encontrar astros de tal tamaño, hará que surjan nuevas concepciones en la materia.
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