El lunes 01 de abril, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizó un movimiento legal estratégico al pagar una fianza de 175 millones de dólares en su juicio civil por fraude en Nueva York.
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Esta acción evitó temporalmente que el Estado incautara sus bienes para liquidar la deuda de más de 454 millones de dólares que se le impuso. Documentos judiciales revelan que el expresidente optó por este camino mientras apela el fallo original.
El tribunal de apelaciones de Nueva York otorgó a Trump un período de 10 días para reunir el monto exigido después de que un panel de jueces acordara recientemente reducir la cantidad necesaria para detener la ejecución de la sentencia. La fianza que Trump entregó a la Corte funciona como una especie de garantía de pago en caso de que la decisión original sea ratificada en el futuro.
En ese escenario, el candidato virtual a la presidencia por el Partido Republicano se verá obligado a liquidar el monto total al Estado, que continúa acumulando intereses diariamente.
Este pago refleja la estrategia de Trump para mantener su solvencia financiera, mientras enfrenta un desafío legal de gran envergadura. Aunque la fianza representa una salida temporal, el ex gobernador aún se enfrenta a las consecuencias financieras significativas de la sentencia en su contra.
El pago de la fianza no solo le otorga un respiro en términos de sus activos, sino que también le brinda tiempo adicional para perseguir sus opciones legales y estratégicas en busca de un resultado más favorable en el caso.
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