Los ataques se produjeron una semana después de un atentado con bomba en una de las calles más concurridas de Estambul que mató a seis personas e hirió a más de 80, el gobierno culpa a los militantes kurdos.
Por su parte, el ministro de Defensa de Turquía, Hulusi Akar, tuiteó que había llegado la «hora del juicio final», junto con una imagen de un avión de combate despegando e imágenes de una explosión.
El Ministerio de Defensa, agregó que los ataques contra las bases militantes kurdas en el norte de Siria y el norte de Irak destruyeron 89 objetivos.
Las autoridades arrestaron a decenas de personas en relación con el ataque, incluida una mujer siria que, según el ministro de Justicia, colocó la bomba el día del atentado.
Antes del arresto, el ministro de Justicia turco afirmó que una bolsa había explotado cerca de un banco después de que una mujer se sentara allí durante cuarenta minutos.
El Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK)
Las autoridades turcas culparon del atentado al grupo militante kurdo PKK, que Turquía, la UE y Estados Unidos consideran una organización terrorista.
No obstante, El PKK dijo que nunca «atacaría directamente a civiles» y negó su responsabilidad.
Además, informaron que las fuerzas lideradas por los kurdos en Siria dijeron que la ciudad de Kobane fue atacada, así como dos aldeas densamente pobladas, y prometieron tomar represalias. Un portavoz sirio-kurdo dijo que dos aldeas pobladas por desplazados internos fueron atacadas.
Los militantes kurdos han estado luchando durante décadas para lograr el autogobierno kurdo en el sureste de Turquía.
En los últimos años, Turquía ha llevado a cabo una serie de operaciones transfronterizas contra grupos kurdos con base en el norte de Irak y Siria, con el objetivo de prevenir ataques en territorio turco.
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