El Día Internacional de la Madre Tierra, que se conmemora cada 22 de abril, no busca aplausos, sino acciones. Surgió en 1970 como un clamor colectivo en defensa del planeta y fue proclamado oficialmente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2009. Esta fecha representa una oportunidad para mirar a la Tierra no solo como territorio, sino como un hogar vivo que exige respeto y protección.
Este 2025, el 22 de abril tiene como lema “Nuestro poder, nuestro planeta”, y llama a unir esfuerzos en torno al uso de energías renovables, con el objetivo de triplicar la producción de electricidad limpia para 2030. Así lo detalla EarthDAY, una organización que promueve la educación, la diversidad y la activación del movimiento ambientalista a escala global.
El término “Madre Tierra” reconoce la relación esencial y profunda que los seres humanos tenemos con el planeta. Hoy, ese vínculo cobra especial relevancia ante una crisis climática que no conoce fronteras: pérdida de biodiversidad, contaminación, escasez de agua, deshielo polar y fenómenos extremos que ya afectan a millones de personas.
¿Por qué el 22 de abril?
Porque fue la fecha en que millones de personas se unieron en una protesta ambiental histórica, marcando un antes y un después en la conciencia ecológica mundial. No obstante, más de 50 años después, los desafíos no han disminuido. Por el contrario, se han intensificado: el cambio climático avanza, la biodiversidad se reduce a ritmos alarmantes, los océanos están saturados de plástico, el aire es irrespirable en muchas ciudades y la demanda de recursos supera los límites del planeta.
Pero no basta con reflexionar una vez al año. El verdadero valor de esta fecha radica en lo que hacemos después. ¿Qué acciones tomamos desde el hogar, el trabajo, la escuela o nuestras comunidades? Cada gesto cuenta: reducir el uso de plásticos, optar por la bicicleta en lugar del automóvil, consumir con responsabilidad, plantar árboles, participar en jornadas de limpieza o simplemente informarse mejor. Multiplicado por millones, cada esfuerzo tiene el potencial de generar un cambio real.
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Preocupaciones medioambientales
Una de las principales inquietudes actuales es el calentamiento global. El año 2024 fue catalogado como el más caluroso de la historia, con una temperatura media mundial 0,12 °C superior a la de 2023. Las emisiones de gases de efecto invernadero provocan que el calor se acumule en la atmósfera. La quema de combustibles fósiles es una de las principales fuentes de este fenómeno.
A su vez, la pérdida de biodiversidad experimentada en los últimos 50 años representa otro motivo de alarma global. Un informe publicado en 2020 por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) reveló que las poblaciones de mamíferos, peces, aves, reptiles y anfibios disminuyeron, en promedio, un 68 % entre 1970 y 2016.