Dos personas murieron y, al menos, 56 resultaron heridas, debido a las dos explosiones en una planta de gas licuado cerca de Bucarest, la capital de Rumania, el pasado 26 de agosto.
Los dos fallecidos son una pareja. Así lo informó el jefe del departamento de emergencias, Raed Arafat. El hombre sufrió un paro cardíaco y la mujer murió por las graves quemaduras.
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La mayoría de los heridos son bomberos que se encontraban en el lugar durante la segunda explosión para extinguir las llamas que se habían producido en el primer estallido.
El funcionario, también dijo que los residentes en un área con un radio de 750 metros alrededor de la estación habían sido evacuados.
La estación en la que tuvo lugar el incidente no tenía autorización ambiental desde hacía tres años, tal y como ha indicado la Agencia Nacional de Protección Ambiental.
«Sabemos que la estación ya no funcionaba, por lo que es evidente que no tenía permiso para funcionar», señaló Arafat.
Las autoridades investigan las causas de las explosiones
La Fiscalía de Rumanía ha abierto una investigación sobre las dos explosiones en la gasolinera de gas licuado de petróleo sin licencia de los suburbios de Bucarest.
El incendio se inició mientras se trasladaba gas de un camión cisterna a otro. Se especula con la posibilidad de que se tirara un cigarrillo en un descuido.
Cientos de personas han hecho cola para donar sangre. El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, ha calificado las explosiones como una tragedia y se ha mostrado profundamente entristecido por lo ocurrido. El depósito era del hijo del alcalde de Crevedia, miembro del partido gobernante.
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