Este día, viernes 2 de febrero, en todas las ciudades alemanas, a excepción de Baviera, el 100% de los medios de transporte público están completamente detenidos. Esto, debido a un paro que se realiza en la región como movimiento social para mejorar las condiciones de trabajo en su sector.
Entre sus exigencias se encuentra un aumento del personal, ya que se ven obligados a trabajar largas jornadas para poder cubrir toda la demanda de la zona, según declaró Christine Behle, vicepresidenta adjunta de Verdi, sindicato alemán.
Además, pretenden lograr unas condiciones más “atractivas”, al reducir el tiempo de trabajo semanal, consiguiendo trabajar solamente 36 horas a la semana. Tener una compensación salarial completa y aumento del derecho a vacaciones como medidas solicitadas. Sin embargo, las empresas han rechazado rotundamente su solicitud.
“Los trabajadores ponen presión de manera conjunta sobre los empleadores porque las negociaciones no han dado resultado hasta el momento”, declaró Christine Behle en un comunicado. Tras la invitación del sindicato a un paro en los aeropuertos también, estos experimentaron desde retrasos hasta anulaciones, e incluso el cese parcial del tráfico.
El sindicato animó a 90,000 asalariados, de más de 130 empresas locales, a que mantuvieran la jornada de paro. No obstante, en Berlín, el transporte se reanudó a media mañana y los trenes de larga distancia y regionales no fueron afectados en ninguna forma.
Sin embargo, la presidenta indicó en una conferencia que los esfuerzos han logrado resultado con relación a las condiciones de los empleados. «Debido a nuestras campañas, Ryanair está bajo presión y acordó iniciar negociaciones para un convenio colectivo sobre cuestiones sociales para los trabajadores alemanes», afirmó.
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