Video/TCS.
Un ladrón quiso salirse con la suya, pero «el tiro le salió por la culata», como se dice popularmente. Como se puede apreciar en la grabación, la persona de alto porte y complexión física, comienza a apilar las sillas una encima de otra.
Está afuera de un restaurante y se nota como, tras mover una tras otra, se fija adentro si lo están mirando. En el fondo, también se ve a otro que está jugando con un celular, pero parece no intervenir, ser cómplice o algo relacionado.
De pronto, y en un abrir y cerrar de ojos, este ladrón se lleva las sillas y la mesa que se encontraban en el lugar, para subirla al automóvil en el cual se conducía. Pero eso no le bastó, de manera descarada regresa, entra al lugar y quiere pedir comida. ¿Cómo ve eso?
¿En qué terminó el ladrón de mesas?
Un mesero del lugar se le acerca a esta persona, le muestra el celular y parece dice – «Mire, deme esas sillas y mesas que se llevó. No se haga» – Esto, por supuesto, no sabemos qué le dijo, pero sí podemos afirmar que se ríe junto a él.
Al quedar en total evidencia, no le queda otra más que ir de regreso al carro, bajar las mesas y las sillas y volverse una persona más que atiende en el lugar, y comenzar a ordenar, como si nada hubiera pasado.
Y es que, como también reza un dicho, «hasta para ser malo tenés que ser bueno», y a este sujeto se le pasó por encima que la tecnología sería su peor enemigo y no recordó que ahora, por lo regular, nada se escapa de algún lente.
No se conoce la identidad de la persona, tampoco si este fue expulsado del lugar y ya no puede regresar a comprar comida, pero de lo que sí podemos estar seguros es que, si quiere volver a cometer algún delito, va a observar muy bien a su alrededor y percatarse si hay o no hay cámaras que lo pueden estar filmando.
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