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A lo largo de los años, el mundo ha tenido que sobrevivir a enfermedades que no han tenido explicación alguna, quizá por la falta de implementos necesaria o la misma tecnología que no alcanza a definir, en concreto, de qué se trata.
En 1890 se tiene el registro de una enfermedad que, hasta este momento, no se conoce con precisión de qué se trató, pero llevó a formar un lugar que aún guarda vestigios y una tumba de lo que en esa época sucedió; hablamos del cementerio de los virulentos.
Se ubica en San Esteban Catarina, departamento de San Vicente, uno de los lugares donde se conoce que llegó la peste y murió una cantidad de personas, de la cual no se tiene un número exacto. Aquí se mantiene una única tumba, de alguien que falleció en 1905.
¿Por qué el nombre del cementerio?
Una de las características principales es que, en este lugar, precisamente, se tiene conocimiento que enterraron a todas aquellas personas que tuvieron esta enfermedad.
El historiador Francisco Umaña mencionó que entre los síntomas que presentaban las personas se encontraban:
- Dolor intenso de cabeza
- Erupciones en el cuerpo
- Dolor en el cuerpo
- Calenturas
- Vómitos
- Náuseas
- Diarrea
Aseguró que esta enfermedad provocó demasiada consternación entre las personas, porque la vida corría peligro en menos de 24 horas de haberse contagiado.
En la actualidad, se conoce que muy probablemente la enfermedad es la llamada fiebre amarilla, pero que, con el poco conocimiento (a nivel médico) sobre este tipo de padecimientos, provocó que muchas personas fallecieran, pero se dejara el recuerdo a través del cementerio de los virulentos.
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